La selva amazónica es el verdadero protagonista escénico de esta novela. Aparecen dos microorganismos selváticos: la ciudad de los hombres de la neblina, resguardada tras la catarata; y la ciudad de los dioses, el tepui, al que acceden Alexander y Nadia y que tiene forma de cráter. Vas a conocer la selva más misteriosa del mundo, Alexander. Allí hay lugares donde los espíritus se aparecen a plena luz del día, (dice Kate a su nieto). "Durante horas y horas habían visto desde el aire una interminable extensión de bosque, todo del mismo verde intenso, atravesada por ríos que se deslizaban como luminosas serpientes. El más formidable de todos era color café con leche".
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